Relato cronológico de los hechos
– En reunión capitular del 8 de marzo de I936, y ante el rumbo que tomaban los acontecimientos, la Comunidad acuerda: que salgan a su casa o al extranjero los colegiales, los más ancianos o enfermos, como los PP. Mariano y Leandro, los Hnos. Hilario, Félix (quien moriría el 14 de julio) y Ángel y algunos monjes extremadamente miedosos… Vigilancia e información.
– El 22 de julio, tras cuatro días de zozobras e incomunicación, y bajo amenaza de incendio total, es apresada la Comunidad (colegiales incluidos), por unos 30 o 40 hombres armados. El arresto tiene lugar por la tarde cuando se acaban de cantar las Vísperas y rezar el Rosario. Aquella cálida noche la pasan en la casa de campo al pie de El Pueyo, descansando sobre la paja de la era.
– El 23 por la tarde, en medio de la expectación del pueblo, monjes y colegiales son conducidos a una de las cárceles, instalada en las Escuelas Pías. Allí estaban también los Claretianos y el Obispo, beato Florentino Asensio, con el que los benedictinos van a compartir las mismas estancias, a la vez que son objeto de su bondad.
– El 25 de julio, llegada la columna «Roja y Negra» se crea una situación extrema. Desde la plaza se oyen los gritos de amenaza de muerte para todos. Quieren asaltar la guardia. El Obispo da la absolución general a sus compañeros de prisión.
– Surge con fuerza la conciencia martirial en la Comunidad. Se ora -todo en privado- y se recibe a diario la Eucaristía, cuya reserva permanece oculta. Esta llega a través de los Escolapios, con quienes se llega a formar una verdadera familia.
– El 9 de agosto ejecutan al Obispo, y con él a nuestro P. Mariano.
– El 23 de agosto, segundo interrogatorio; éste personal. Los chicos aparte, siendo separados definitivamente de los monjes.
– El 28 de agosto, a primeras horas, en medio de una gran exaltación espiritual y de la sorpresa de los verdugos, son conducidos a la ejecución cruenta en el Camino de Berbegal. El P. Prior, después de exhortar a todos el perdón, es ejecutado él solo junto a las tapias del cementerio. Lugar, en el que serán enterrados, desnudos, en una gran fosa.
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