Jornadas de formación monástica 2014

Entre los días 07 y 19 de julio, por gracia de Dios pudimos participar de la jornada anual de formación monástica y a la vez convivencia con los demás miembros de la rama contemplativa de nuestra familia religiosa de nuestra provincia “Nuestra Señora del Pilar”. Estas jornadas son de suma importancia en el ámbito intelectual que debe contribuir a que el monje (y  todo cristiano) pueda enriquecer su vida de oración: « La regla suprema de la vida religiosa es el seguimiento de Cristo. Y Cristo es la suma verdad: Yo soy la verdad (Jn 14,6). Pero seguir a Cristo como Verdad significa aplicar la inteligencia para más conocerlo, lo cual tendrá que ser en el discípulo algo permanente, pues la riqueza que se encuentra en Cristo es inagotable. Este es el fundamento de la formación intelectual de los monjes»[1]; «Por ello es que “una sólida formación intelectual que responda a los objetivos de la vocación y a la misión del propio Instituto ha de considerarse como base de una vida de oración y contemplación rica y equilibrada”. Es parte del trato con Dios y base de toda evangelización de la cultura, el conocimiento y gozo del espíritu en el orden que el Creador y Redentor puso en el universo y en el hombre, llamado a la vida eterna.»[2]

lourdes

Las charlas de formación fueron presentadas por distintos sacerdotes monjes y estuvieron basadas en diversos temas de espiritualidad siguiendo el libro “Quiero ver a Dios” del P. María Eugenio del Niño Jesús, carmelita. La última charla estuvo a cargo del P. Miguel Fuentes quien gustosamente aceptó la invitación a estas jornadas que se llevaron a cabo en el monasterio y casa de formación monástica de “Nuestra Señora del Pueyo”, en Huesca, “monasterio mártir” en la guerra civil de 1936 cuyos miembros (patronos de nuestra rama de vida contemplativa) dieron valiente testimonio de su fe hasta derramar la sangre por ella y sus restos mortales descansan en el altar de la capilla y pueden ser vistos por los fieles en el altar recientemente consagrado con motivo de su beatificación.

Pero como las gracias de Dios nunca vienen solas, tuvimos la oportunidad de viajar hasta Lourdes donde la divina Providencia nos permitió celebrar la santa Misa en la misma gruta de las apariciones de Nuestra Señora y conocer el hermoso santuario edificado en su honor. También fue notable constatar con gran alegría la fe y devoción con que tantos peregrinos y enfermos se acercan al santuario a elevar sus plegarias a la madre del cielo en un ambiente de completo recogimiento que invita en todo momento a la oración.

Finalmente, no podemos dejar de mencionar la oportunidad que tuvimos de conocer el museo de los mártires claretianos de Barbastro (un seminario completo mártir), co-patronos de nuestro seminario mayor en Argentina, y celebrar también allí la santa Misa con el mismo cáliz con que ellos comulgaban antes de ser detenidos y conducidos al glorioso martirio y rezar ante sus huesos. Muy emocionante fue observar en el museo sus pertenencias, las cartas que escribieron a sus familiares y superiores y que milagrosamente se salvaron y nos han quedado como testimonio de perseverancia en la fe hasta el final y ejemplo a seguir con gran entusiasmo hoy en día en que en vez de la sangre a veces se nos pide el testimonio de una vida evangélica y fidelidad a la santa Iglesia.

Damos gracias a Dios por todos los beneficios recibidos y esperamos contribuir a la salvación de las almas mediante nuestra vida de oración y la transmisión de las enseñanzas recibidas.

Padres del monasterio “Nuestra Señora del Socorro”, Tenerife, España.

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[1]Directorio de vida contemplativa, I.V.E., nº 106

[2]Ídem. Nº 108