09 P. Fernando Salinas“Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio” (Lc 21, 12-13).

 Nació el 31 de mayo de 1883 en Pozán de Vero (Huesca), pueblo muy cercano al Monasterio. En El Pueyo cursó, posiblemente, los primeros estudios, yendo posteriormente a Montserrat para realizar el Noviciado. Allí mismo emitió sus votos simples y solemnes, e igualmente fue ordenado de sacerdote, el 17 de septiembre de 1909.

Su hermano Raimundo fue también monje, primeramente en la Abadía de Nueva Nursia (Australia). Y después en Filipinas, donde ocupó la sede abacial del Monasterio de Montserrat de Manila. Presentada la dimisión a su cargo, regresó a España, viviendo sus últimos años en El Pueyo, donde murió santamente, en I943, tras una rápida enfermedad. Se destacó, como místico, y por sus dotes en el campo del estudio filosófico.

Actualmente, nuestro mártir, tiene una sobrina monja benedictina, que durante muchos años ha ostentado el cargo de abadesa, primero en Calatayud y posteriormente en el nuevo Monasterio de Zaragoza.

El P. Fernando se distinguió siempre, como un hombre muy trabajador, habiéndose dedicado a la investigación de la historia civil y eclesiástica de Aragón. Sentía gran amor por todo lo referente al Monasterio, y en el decurso de su vida monástica, sobre todo bajo el mecenazgo del P. Ríos, fue bibliotecario, llegando a recopilar abundante material gracias a sus investigaciones históricas. Siendo Prior el P. Román Ríos (1925 -1934), la biblioteca podiense pasaba va de los 25.000 volúmenes.

Es el monje del que se conservan más escritos de erudición e investigación, todos ellos hallados en esta misma biblioteca, la cual fue respetada y sellada por los propios anarquistas. Tal vez su obra más interesante sea la “Vida de San Poncio”, monje benedictino y primer Obispo de Barbastro. Colaboró, así mismo, en destacadas enciclopedias, e igualmente, pudo ver publicados algunos de sus trabajos.

Ante la falta de agua que sufría el Monasterio (tal vez la mayor dificultad), el P. Salinas trató de estudiar el problema geológicamente, incluso por medio de zahoríes de renombre. El mismo se creyó con la virtud para utilizar el péndulo y sacar conclusiones positivas.

Monásticamente, fue persona ejemplar y observante, de manera especial en los actos litúrgicos. De carácter un tanto tímido, tuvo que sufrir un proceso carcelario largo y a veces estremecedor, particularmente de noche, y que por eso mismo le intimidó, de alguna manera. Parece ser, que durante todo este tiempo de prisión, escribió un diario del grupo, que por desgracia no se ha conservado. El Comité revolucionario debió conocer esos escritos, pues en alguna ocasión hicieron referencia a ellos.

Fue ejecutado con el resto de los monjes, al pie de un cerrillo desde el cual, podía divisar perfectamente su amado Monasterio.

 

SIGUIENTE: «P. DOMINGO CABALLÉ BRU»